AMOR, AMOR, AMOR

Y es que el amor es esa infame y narcótica experiencia que por un espacio indefinido nos obnubila, exacerbante e irremediable, que puede variar el rumbo de la vida hacia cartas insospechables. Una vez leí que estar enamorado debería ser causa de baja laboral temporal, pues el estado es tal que nos impide desempeñar cualquier tarea con mediana eficacia. Para dos cosas no parece estar preparado el ser humano, para la muerte y para el amor, cada vez menos para el último y más anestesiado para el primero. La plenitud del sentimiento se asemeja a una esfera en su perfecta geometría, el lugar geométrico de los puntos en el espacio que equidistan una constante llamada RADIO respecto un punto llamado CENTRO, a la manera de el lugar de las emociones que equidistan una constante llamada EQUILIBRIO respecto a un punto llamado EGO. En el doble sentido eterno de las cosas que el ser humano culturiza, en las oscuras aguas pantanosas que de repente se renuevan con un caudal salvaje de aguas nuevas de Mayo, en el descuido que las frugales apariencias nos revela, ahí, en el significado reaprendido, recordemos que el hombre es débil en el verso y éste en la palabra.